Viapraetoria

¿Silbatos en el Ejército Romano? Instrumentos musicales en el campo de batalla.


 

(Publicado anteriormente en Celtiberia.net. Se han hecho algunas modificanciones)

Con motivo de la reciente emisión de la serie Roma, surgió un interesante debate sobre la posible utilización del silbato en el Ejército Romano. En la mencionada serie aparecía un centurión (en concreto Lucio Voreno) organizando los relevos en las filas de combate a toque de silbato. Uno de los responsables del desarrollo de las batallas en la serie parece estar demasiado seguro de que el silbato formó parte del conjunto de instrumentos sonoros utilizados por los romanos durante el transcurso de las batallas para transmitir órdenes. Esto era lo que decía durante una entrevista: « Also, sound signals were very important. Every 30 to 40 seconds an officer would blow a whistle, and the front line would fall to the back, leaving the next line to take up the fighting. This way the soldiers were always well-rested and had fresh weapons» (Fuente: http://www.bbc.co.uk/pressoffice/pressreleases/stories/2005/08_august/26/rome_bootcamp.shtml). Por desgracia, nada dice de las fuentes clásicas que pudieran respaldar tales afirmaciones, suponiendo que existan.

La escena de marras:

Es cierto que la existencia de silbatos en el mundo romano está más que documentada por los restos arqueológicos. Aquí varios ejemplares:

y éstos otros, todavía más importantes por haber sido hallado en un contexto militar:

«The picture that follows is not a bird call. It is rather a ‘drill-flute’ for the soldiers. It has a very sharp and hard sound. It is found back in a Roman bastion near Valkenburg».

Es bien sabido que, al margen de las referencias visuales de los estandártes, los romanos hacían uso de diferentes instrumentos -además, por supuesto, de la propia voz de sus oficiales- para transmitir las órdenes durante el combate. Vegecio lo explica perfectamente en varios pasajes de su obra1. Nos encontramos en concreto con tres instrumentos de viento: el cornus, la tuba y la buccina.

El cornus, tocado por los cornicines, era un instrumento circular de gran tamaño, reforzado por una barra metálica, cuya boca se curvaba sobre el hombro del músico. Está bien ilustrado en la Columna de Trajano, apareciendo, por ejemplo, en los sacrificios y ocasiones en las que Trajano se dirige a sus tropas. Al toque de los cornicines sólo obedecían los estandartes, que a su vez eran seguidos por los soldados. El instrumento daba claras piezas de sonido, alertando a los hombres para que prestaran atención a las enseñas.

La tuba, tocada por los tubicines, era una especie de trompeta de un metro de largo, construida por secciones y con una pieza desmontable para la boca. Cuando tocaban los tubicines eran los individuos los que tenían que obedecer las órdenes. No afectaban, por tanto, a los estandartes. Sus toques marcaban el avance y la retirada2, así como los cambios de guardia y las pequeñas partidas de trabajo3: «pues ni la comida ni la cena pueden hacerla individualmente cuando quieran, sino que todos comen juntos. Las trompetas anuncian la hora de dormir, la de hacer la guardia y la de levantarse; no hay nada que no se haga sin que se dé la orden»4. Sin embargo, es complicado saber si cada legión disponía de una llamada distintiva para evitar que todas respondieran a una misma llamada, quizás una simple nota musical para identificar a su destinatario5. La tuba se utilizaba también, al parecer, en algunas ceremonias religiosas y quienes hacían uso de este instrumento tenían obligación de purificarlo en el curso del tubilustrium.

Ambos instrumentos (cornu y tuba) tocaban normalmente al unísono para dar aviso de que se debía avanzar contra el enemigo6, de que había que trabar combate, y en las celebraciones religiosas como la suovetaurilia, consistente en el sacrificio de un cerdo, un toro y un carnero.

La buccina, tocada por el buccinator, era únicamente para ocasiones ceremoniales. Se sabe muy poco de este instrumento, aunque se piensa que estaba derivado de un cuerno animal, por lo que, presumiblemente, sería curvado o retorcido. De acuerdo a Vegecio, se usaba en las ejecuciones y en el classicum, una fanfarria en la que se unían los otros intrumentos indicando la presencia del comandante en jefe, o bien la ejecución de una pena capital7.

Restan dos instrumentos que no son mencionados por Vegecio: el lituus y el aulos. El lituus era, al igual que la buccina, un instrumento para ocasiones ceremoniales. De probable origen etrusco y con forma de J, era alargado, y tenía una pieza para la boca.

El aulos o tibia era un pequeño instrumento de caña con una nota aguda. Se usaba durante los sacrificios para evitar que se pudiera escuchar algún ruido «poco propicio».

En la Columna Trajana pueden verse a flautistas que acompañan la purificación del campamento (lustratio); seguramente civiles o incluso esclavos. Y aunque sólo se trate de un cargo táctico, debemos recordar también al hydraularius que interpreta el órgano en la ejecución de algunos ritos8.

Al comienzo de la batalla, todos los instrumentos del ejército se hacían sonar a la vez9, seguidos por el grito de guerra de los soldados, con una función eminentemente moral. El sonido debía de ser ensordecedor, habida cuenta del número de instrumentos por legión. Se contaban treinta y nueve tubae; veintisiete para los manípulos de las cohortes II a X, cinco para las centurias de la I cohorte, tres para la caballería y tres para los oficiales. Los cornicines eran treinta y seis; organizados según el modelo de los tubicines, pero generalmente alejados de los oficiales. En cuanto a la buccina, el escaso número de inscripciones que mencionan este instrumento hace pensar que podría ser tocado, como segunda opción, por algunos tubicines o cornicines10.

Concluyendo: Nuestras fuentes no mencionan la utilización del silbato por parte de los mandos del ejército romano, pero sabemos que tales instrumentos existían y, por tanto, se utilizaban. El problema es atribuirles un uso militar. La idea no es, de ningún modo, descabellada; incluso hoy en día el silbato sigue siendo un instrumento utilizado por ejércitos y fuerzas de seguridad. No sería de extrañar que su uso en el mundo romano estuviera plenamente asumido por la población civil, y que, por tanto, las fuentes, dándolo por obvio, no se dignen a mencionarlo. El ciudadano medio romano estaba en constante contacto con el mundo militar, no sólo porque durante la República el ejército era una institución eminentemente ciudadana, sino porque era el instrumento que regulaba la seguridad y las obras públicas en el mundo civil. Sería a todas luces innecesario explicar algo que ya sabe todo el mundo. Desgraciadamente nos movemos en el inestable terreno de las suposiciones, ámbito del que sólo podremos salir con ayuda de la arqueología o de la aparición de nuevos textos. El sentido común nos permite creer en la utilización del silbato en el campo de batalla o, al menos, en el de instrucción, pero, de momento, parece que tendremos que quedarnos con esta ruidosa duda, puesto que no existe evidencia alguna para sostenerlo.

TEXTOS CLÁSICOS:

Vegecio, Epit. II, 22.

Habet praeterea legio tubicines cornicines bucinatores. Tubicen ad bellum uocat milites et rursum receptui canit. Cornicines quotiens canunt, non milites sed signa ad eorum obtemperant nutum. Ergo quotiens ad aliquod opus exituri sunt soli milites, tubicines canunt, quotiens mouenda sunt signa, cornicines canunt; quotiens antem pugnatur, et tubicines et cornicines pariter canunt. Classicum item appellatur quod bucinatores per cornu dicunt. Hoc insigne uidetur imperii, quia classicum canitur imperatore praesente uel cum in militem capitaliter animaduertitur, quia hoc ex imperatoris legibus fieri necesse est. Siue ergo ad uigilias uel agrarias faciendas siue ad opus aliquod uel ad decursionem campi exeunt milites, tubicine uocante operantur et rursus tubicine admonente cessant. Cum autem mouentur signa aut iam mota figenda sunt, cornicines canunt. Quod ideo in omnibus exercitiis et processionibus custoditur, ut in ipsa pugna facilius obtemperent milites, siue eos pugnare siue stare siue sequi uel redire praeceperint duces; siquidem ratio manifesta sit semper in otio debere fieri quod necessario faciendum uidetur in proelio.

(http://www.mcbishop.co.uk/protoveg/veg2.txt)

Vegecio, Epit., III, 5.

Multa quidem sunt dicenda atque obseruanda pugnantibus, siquidem nulla sit neglegentiae uenia, ubi de salute certatur. Sed inter reliqua nihil magis ad uictoriam proficit quam monitis obtemperare signorum. Nam cum uoce sola inter proeliorum tumultus regi multitudo non possit et cum pro necessitate rerum plura ex tempore iubenda atque facienda sint, antiquus omnium gentium usus inuenit, quomodo quod solus dux utile iudicasset per signa totus agnosceret et sequeretur exercitus. Tria itaque genera constat esse signorum, uocalia semiuocalia muta. Quorum uocalia et semiuocalia percipiuntur auribus, muta uero referuntur ad oculos. Vocalia dicuntur quae uoce humana pronuntiantur, sicut in uigilis uel in proelio pro signo dicitur, ut puta ‘uictoria’ ‘palma’ ‘uirtus’ ‘Deus nobiscum’ ‘triumphus imperatoris’ et alia, quaecumque uoluerit dare is, qui in exercitu habet maximam potestatem. Sciendum tamen est ista uocabula cotidie debere uariari, ne ex usu signum hostes agnoscant et explorantes inter nostros uersentur inpune. Semiuocalia sunt quae per tubam aut cornu aut bucinam dantur; tuba quae directa est appellatur; bucina quae in semet aereo circulo flectitur; cornu quod ex uris agrestibus, argento nexum, temperatum arte spirituque canentis flatus emittit auditum. Nam indubitatis per haec sonis agnoscit exercitus, utrum stare uel progredi an certe regredi oporteat(, utrum longe persequi fugientes an receptui canere). Muta signa sunt aquilae dracones uexilla flammulae tufae pinnae; quocumque enim haec ferri iusserit ductor, eo necesse est signum suum comitantes milites pergant. Sunt et alia muta signa, quae dux belli in equis aut in indumentis et in ipsis armis, ut dinoscatur hostis, praecipit custodiri; praeterea manu aliquid uel flagello more barbarico uel certe mota, qui utitur, ueste significat. Quae omnia in sedibus intineribus, in omni exercitatione castrensi uniuersi milites et sequi et intellegere consuescant. Continuus enim usus necessarius uidetur in pace eius rei, quae in proelii confusione seruanda sit. Item mutum et commune signum est, quotiens proficiscente turba excitatus puluis ad similitudinem nubium surgit hostiumque prodit aduentum; similiter si diuisae sint copiae, per noctem flammis, per diem fumo significant sociis quod aliter non potest nuntiari.

Aliquanti in castellorum aut urbium turribus adpendunt trabes, quibus aliquando erectis aliquando depositis indicant quae geruntur.

(http://www.mcbishop.co.uk/protoveg/veg3.txt)

BIBLIOGRAFíA:

– LE BOHEC, Y. : El ejército romano. Instrumento para la conquista de un imperio, Barcelona 2004.

-MENÉNDEZ ARGÜÍN, A. R.: Las legiones del siglo III d. C. en el campo de batalla, Écija 2000.

– PEDDIE, J.: The Roman War Machine, Gloucestershire 1997 (1994).

– WEBSTER, G.: The Roman Imperial Army of the First and Second Centuries A.D. Oklahoma 1998 (1985).

– FLAVIO JOSEFO: La Guerra de los Judios, I-III. Traducción de Jesús M.ª Nieto Ibáñez, Madrid 2001.

– TÁCITO: Anales, I-VI. Traducción de José Luís Moralejo, Madrid 2001.

– VEGECIO: El arte de la guerra romana. Introducción, traducción y notas de A. R. Menéndez Argüín. Madrid 2005.

NOTAS

1Veg. Epit. Re. Mil. II, 22 y III, 5.

2Jos. B. I. II; 579: «También se les enseñó a mandarse señales, los toques de corneta para entrar en combate y para retirarse, los ataques por las alas, los movimientos envolventes y cómo la parte del ejército que iba ganando tenía que ir en ayuda de la que flaqueaba y compartir la suerte de los que estaban en peligro».

3Sobre este instrumento, véase Webster, 1998, p. 140.

4Jos. B. I. III, 86.

5Peddie, 1997, p. 20.

6Tac. An. I, 68, 3: «Una vez apostados sobre la formación, se da la señal a las cohortes al toque simultáneo de cuernos y tubas. Entonces se lanzan con ímpetu y a voces contra las espaldas de los germanos»

7Veg. Epit. Re. Mil. II, 22: «Classicum item appellatur quod bucinatores per cornu dicunt. Hoc insigne uidetur imperii, quia classicum canitur imperatore praesente uel cum in militem capitaliter animaduertitur, quia hoc ex imperatoris legibus fieri necesse est».

8Dio. Cas. LXIII, 26.

9Jos. B. I. III, 265: «Las trompetas de todas las legiones sonaron a la vez, el ejército dio un terrible grito de guerra y, cuando se dio la señal de lanzar las flechas en todas las direcciones, se oscureció la luz del día»

10Le Bohec, 2004, pp. 68-69.

14 comentarios »

  1. Es un excelente artículo.
    Soy profesor de Corno Francés de La Univerisdad del Cauca en Popayán Colombia, me gustaría tener permiso para publicarlo en mi blog y en un Aula Virtual que estoy construyendo para los estudiantes de Corno Francés.

    Comentarios por German Antonio Tejeda — marzo 8, 2009 @ 6:49 pm

  2. Muchas gracias por el comentario. No hay problema en copiarlo, aunque se agradece la pertinente cita con la procedencia.

    Un saludo.

    Comentarios por viapraetoria — marzo 9, 2009 @ 5:57 pm

  3. Me gusto mucho creo que explican muy bien.

    Comentarios por yendry — junio 3, 2009 @ 9:17 pm

  4. El articulo me gusto mucho y quisiera saber si me podrias ayudar en trabajo que tengo de esos instrumentos(menos el aulo). Me puedes enviar al correo como han evolucionado estos instrumentos?(lituus, buccina, tuba, cornu) Llevo horas buscando y solo encuentro para que se utilizaban y eso nos lo dijeron en clase. Gracias me gusto demasiado.

    Comentarios por Estudiante Anonimo — octubre 18, 2010 @ 11:07 pm

  5. Hola:
    Aunque este artículo y sus comentarios ya tienen algún tiempo me gustaría aportar y también solicitar algo.
    Creo que la mejor forma de solventar el tema del uso del silbato por las legiones romanas sería dirigirse directamente a los creadores de la serie «Roma», para saber en qué se basaron para emplearlo en la recreación de sus batallas, pero si eso no fuera posible o no hubiera contestación se puede especular con la utilización, por parte de algún guionista, de la obra de Nicolás Maquiavelo «Del arte de la guerra» para documentarse indistintamente de otras obras clásicas o modernas que pudieran haber consultado.
    Ésta de Maquiavelo recoge muchos datos de los autores clásicos sobre el modo de organizarse y hacer la guerra que tenían los romanos. Concretamente en el capítulo segundo (y tratando la oganización de los romanos) se hace una referencia al SILBATO que quizás el guionista habría decidido aplicarlo a los legionarios.
    Y ahora viene mi solicitud: si es posible y dispusieras de las fotografías aéreas de los campamentos de Numancia (tengo las que se publicaron en la revista «Salduie» en sú número ocho) concretamente las de Martin Luik en su obra «Die römische Militäranlagen der Iberischen. Halbinsel von der Zeit des Republik bis zum Ausgang. Prizipats. Ein Forschungsüberblick.» (1997), o cualquier otras (aparte de las que aparecen en diversas páginas web o en Google Earth) de las que sepas, te lo agradecería infinito.
    Un saludo.

    Comentarios por Emilio — julio 2, 2011 @ 7:18 pm

  6. Emilio:

    He estado buscando en la obra de Maquiavelo esa referencia de la que hablas, pero, al menos en la edición que tengo yo, no encuentro la palabra silbato. Sí encuentro el «pífano», que según la RAE sería un «flautín de tono muy agudo, usado en las bandas militares». Desconozco lo que dice Maquiavelo en la edición italiana, pero tampoco sería determinante, porque, al margen de las evidentes distorsiones fruto de los más de quince siglos, Maquiavelo habla de la «Antigüedad», y sabemos que los griegos sí usaban el aulos como instrumento de batalla.

    Paso a escribir aquí el fragmento del que hablo:

    «Los soldados deben, pues, seguir a la bandera y ésta moverse conforme a los toques de las trompetas, toques que, bien establecidos, sirven para ordenar todo el ejército; pues acomodando los soldados el paso al compás de los sonidos, conservan fácilmente la formación. Por ello en la antigüedad había en los ejércitos flautas, pífanos y otros instrumentos perfectamente modulados, pues así como el que baila va al compás de la música y, mientras lo sigue, no se equivoca, de igual modo un ejército, obedeciendo en sus movimientos al compás de los toques, no se desordena. Además, en la antigüedad variaban los sonidos, según se quería enardecer, calmar o detener la impetuosidad de los soldados. Como los modos de la música eran varios, variaban de nombres.» (Nivolás Maquiavelo, El arte de la Guerra, Madrid 2005 (Alba Libros), p. 54.)

    Además, se observan en el fragmento otras anacronías para la época romana, como «trompeta», «bandera», etc.

    Gracias no obstante por la pista y el interés, y por plasmar aquí tu opinión.

    En cuanto a Numancia, lamento no poder corresponderte. Pero si estás trabajando en el asunto, te recomiendo que te pongas en contacto con Alfredo Jimeno de la Universidad Complutense, que es, de hecho, el director del yacimiento, o con Fernando Morales, también de la Complutense, que ha trabajado en estos campamentos y ha defendido en varios trabajos una reinterpretación de la circunvalación escipiónica.

    Un saludo.

    Comentarios por viapraetoria — julio 3, 2011 @ 11:23 am

    • Hola:
      No era ese exactamente el fragmento de la obra de Maquiavelo al que hacía referencia, sino este otro:
      …Luego aprenderán a formar un orden de combate, a entender los toques de órdenes de combate, distinguiendo mediante ellos, como hacen los GALEOTES con el SILBATO….
      (traducción Manuel Carrera Díaz)
      Quizás el guionista de la serie pensó que los legionarios podrían haber utilizado los silbatos igual que los galeotes en la Marina.
      Otra curiosidad de la serie es la mención de los legionarios Lucio Voreno y Tito Pullo, que figuran en «La Guerra de las Galias», de Julio César, aunque en la obra ambos son centuriones y disputan entre ellos para demostrar quien tiene más valor y méritos, al final uno de ellos se arriesga la vida para salvar al otro en un ejemplo de camaradería. En la serie uno es simple legionario el otro ofical. También se observa en la serie un bautizo de sangre (con el sacrificio de un toro), una taurobolia, con la que se expiaban los pecados y se renacía a una vida nueva sin culpa de los pecados anteriores, si bien obedece a una religión que fue más conocidad durante la etapa del principado que en la república.

      Un saludo.

      Comentarios por Emilio — julio 3, 2011 @ 12:13 pm

      • En mi opinión la serie Roma es una maravilla en todos los sentidos, y lástima que el año pasado, cuando visité la ciudad eterna no sabía que en los estudios de Cine Cittá se podían visitar los decorados, porque la serie se rodó allí.

        Pero es peligroso dejarse llevar por el entusiasmo y precisamente una de las libertades que se tomaron los guionistas fue la forma en que se hacían los relevos entre filas en el ejército romano. Todavía no sabemos cómo los hacían. Mucho menos, como dice el propio guionista, que cada 30 ó 40 segundos los hacían. Me extrañaría que a Quesada, Sabin, y compañía se les hubiesen escapado esos detalles si estuvieran en alguna fuente clásica.

        Un saludo.

        Comentarios por viapraetoria — julio 3, 2011 @ 4:50 pm

      • Hola David:
        Ciertamente, la serie ROMA se rodó en esos estudios, tengo entendido que parte de ellos sufrieron un incendio que casi acaban con….., Roma (la antigua). Al parecer parte del mobiliario que se empleó fue alquilado también para la serie Viriato (posiblemente todo menos los cascos que no son del tipo Montefortino ni greco-itálicos sino posteriores). En otra serie, la de Espartaco, se puede observar la recreación de una casa romana (es la recreada por Peter Connolly en su obra sobre Pompeya), la misma de la exposición itinerante en España «Romanorumvita», aunque en época republicana (en la que se ambienta la serie) el atrium de la casa romana era de tipo toscano sin columnas. También en esta misma serie se habla de una celebración, la fiesta de la «Vulcanalia», pero después del desastre de Fulvio Nobilior en su aproximación a Numancia, en ese día (143 a. C.), se declaró «dies ater», y al parecer ya no se volvió a celebrar más. Por último se observa en una breve secuencia callejera, a unos figurantes al fondo que llevan el apix, el gorro típico de los sacerdotes.
        Bueno, en algunos aspectos hacen revivir un poco la historia y la ambientación de la antigua Roma.
        Un saludo.

        Comentarios por Emilio — julio 3, 2011 @ 6:13 pm

  7. Estaba preparando una serie de articulillos al uso de los que puedes ver por aquí sobre el armamento de época republicana. Desgraciadamente, esto de la Historia se limita en mi caso ya únicamente a afición, y cada vez tengo menos tiempo para estos menesteres. Además, siempre he intentado que prime el rigor y la seriedad a la cantidad.

    Para el primero, el del gladius, ya tengo el material recopilado, pero no encuentro el momento de redactarlo.

    Ya veremos…

    Un saludo!

    Comentarios por viapraetoria — julio 3, 2011 @ 7:23 pm

  8. ¡Ánimo David con esos trabajos! Estoy seguro de que estarán tan bien como los que ya has aportando en estas páginas. Ya iré consultando esta web, hasta siempre.

    Comentarios por Emilio — julio 4, 2011 @ 11:20 am

  9. […] ¿Silbatos en el Ejército Romano? Instrumentos musicales en el campo de batalla. […]

    Pingback por ¿Silbatos en el Ejército Romano? Instrumentos musicales en el campo de batalla. | Viapraetoria — abril 29, 2017 @ 8:25 am

  10. Muchaaaaaa informacioooooooooón

    Comentarios por Juana Turcios Zelaya. — junio 11, 2021 @ 6:56 pm


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